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Este blog tiene como único fin presentar artículos traducidos al español públicados por la Soka Gakkai Internacional y/o Daisaku Ikeda, Presidente de dicha organización. Este espacio no publica ni produce contenidos propios, solo es un intento de hacer llegar a hispanoparlantes los contenidos publicados por dicha organización originalmente en inglés. En cada artículo traducido, se incluirá la referencia al artículo original para que pueda constatarse el origen de dicha información.
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miércoles, 18 de abril de 2012
VIDA por Daisaku Ikeda
Frases de Daisaku Ikeda, publicadas en
La vida es como escalar una montaña, y entonces encontrarse con otra más alta, y otra después de esta. Aquellos que perseveran son los que finalmente alcanzan la cumbre. Por otro lado, aquellos que abandonan el desafío y toman el camino fácil terminan descendiendo en los valles.
La mayor tragedia de la vida no es morir, sino vivir como si estuvieras muerto, dejando la vida marchitarse en nuestro interior. Cuál es la meta o el logro que nos estamos esforzando por alcanzar en nuestras vidas? Esa es la pregunta importante que tenemos que hacernos a nosotros mismos.
Todo pasa. Tanto las grandes alegrías cómo las desgarradoras tristezas se esfuman como un sueño. De todas maneras, la conciencia de haber vivido nuestras vidas al máximo nunca se desvanece.
El mayor error que puedes cometer es rendirte y dejar de desafiarte a vos mismo por miedo a fallar. Mantente en movimiento, con una mirada firme en el futuro, diciéndote a vos mismo “Empiezo a partir de hoy”, “Voy a comenzar de nuevo a partir de ahora, en este mismo momento”.
Si tienes la esperanza de una muerte pacífica como resumen final de tu vida, vive todos y cada uno de los días de tu vida con vitalidad, sin dejar de tomar todo lo que te pase como una oportunidad de expandir tu vida interior, realizando tu mayor esfuerzo en el lugar en que te encuentres.
En la vida, no debemos ser absorbidos por nuestra realidad inmediata. Debemos tener ideales y esforzarnos por alcanzarlos, trascendiendo la realidad presente. Sin embargo, no podemos cambiar nada si nuestros pies no están firmemente plantados en la tierra.
La voz es la vibración del ser vivo completo. La forma de ser de una persona y su carácter se revelan por su voz. La voz es nuestro segundo rostro, podemos ocultar nuestra verdadera apariencia, pero no podemos ocultar nuestra voz.
Vive de forma que tu vida este llena de vos mismo, de tus seres queridos, de tus amigos. La gente que lo hace encontrará el coraje para transformar el sufrimiento en esperanza. No sólo eso, sino que será capaz de encender la luz de la esperanza en los corazones de muchos otros, también.
Ya sea en la vida o en cualquier cosa que te propongas, sin duda encontrarás momento en que alcanzarás un logro verdadero, solo para luego chocarte contra una pared o sentir que retrocedes. Esos son momentos donde solo necesitarás parar y descansar. Tales son las vicisitudes propias de toda lucha. Cuando te desafíes a vos mismo a conseguir algo, estás listo para enfrentarte a lo inesperado.
La vida puede parecerse más a una serie de metas que a un único maratón. Puedes perder aquí y allá, siempre y cuando ganes alguna contienda, en algún área. Todas las batallas soportadas se convertirán en una preciada inversión en su propia persona.
Continúa avanzando, aunque sea un paso o dos, en tu propio camino. Aquellos que viven sus vidas al máximo, sin perturbarse por el ruido alrededor, son los verdaderos ganadores.
Porque las personas se mantienen ignorantes del hecho de que sus vidas son infinitamente preciosas y una sola con el eterno universo, es que viven indiferentes a la dignidad de la vida de las demás personas.
La sociedad humana puede estar llena de contradicciones. Esto puede ser injusto, imperdonable también. Sin embargo, no nos podemos dar el gusto de retirarnos y darle la espalda al mundo. Frente a la opción de nadar o hundirnos, debemos nadar hasta el final, no importa cuan revuelto esté el mar a nuestro alrededor.
La vida es una interminable sucesión de vidas y muertes. Desde esta perspectiva, tenemos que buscar nuestro objetivo y nuestra misión en algo que trascienda el nacimiento y la muerte, algo a lo que podamos consagrar nuestra vida entera. Solo así podremos alcanzar el inmensurable potencial de nuestras vidas. En otras palabras, debemos ir más allá de la mera lucha por mantenernos vivos y estar preparados para preguntarnos a nosotros mismo cuál es el propósito de la vida que vivimos.
La vida es una lucha interminable por crecer.
Ir a medias es un desperdicio. Si vamos por la vida como si estuviéramos medio dormidos todo el tiempo, no esperemos disfrutar de una vida libre de arrepentimientos. El entusiasmo y el vigor son elementos fundamentales de una vida plena.
Si hoy perdiste, triunfa mañana. En este espíritu de lucha sin fin es que se encuentra el corazón del vencedor.
Ya se trate de individuos, organizaciones, naciones, civilizaciones, todas las formas de vida en la naturaleza; para todas las entidades en este universo, la vida es un desafío permanente. En esta lucha nos encontramos con la esencia y la verdad inmutable de la vida. Cuando uno abandona los desafíos, comienza la decadencia.
Las dificultades nos hacen fuertes. Los problemas dan lugar a la sabiduría. Las penas cultivan la compasión. Los que más hayan sufrido serán los más felices.
Todos nacen en este mundo con un rol que solamente él o ella pueden llevar a cabo. Si no fuera así, no estaríamos aquí. El Universo nunca actúa sin una causa, todo invariablemente tiene una razón de ser. Aún las cosas malas que la gente ama odiar tienen un propósito.
Cuando somos conscientes de cada momento de cada día, cada gesto y cada paso que damos es realmente místico y lleno de maravillas, vivimos nuestras vidas con una mayor atención y cuidado. También tenemos un mayor respeto y aprecio por la vida de los demás.
La vida es el florecimiento de las flores en primavera, la maduración de la fruta en el otoño, el ritmo de la Tierra y de la naturaleza. Es el canto de las cigarras anunciando el fin del verano, las aves migratorias yendo hacia el sur en un cielo transparente del otoño, los peces jugando en un arroyo.
La voz es un espejo de nuestro ser, de nuestro estado de vida. Nuestra voz revela francamente nuestro verdadero carácter, nuestro cultivo como seres humanos. Nuestra voz somos nosotros.
El curso de nuestras vidas es determinado por la forma en que reaccionamos – qué decidimos y que hacemos – frente a los tiempos más oscuros. La naturaleza de esa respuesta determina el valor real de una persona y su grandeza.
Por supuesto, la gente quiere vivir mucho. Pero al final, lo que más importa es lo que hayamos sido capaces de dejar atrás: El valor que creamos en nuestras vidas, el número de personas que hicimos felices y cuanto fuimos capaces de expandir y hacer crecer nuestras vidas.
Si bien es importante ganar, es aun más importante es mantenernos invictos, pase lo que pase.
Si pensamos que esta vida es el principio y el final de la existencia, no podemos llevar una vida realmente profunda. La creencia en algo eterno pone de manifiesto nuestra plena humanidad.
La lucha entre la felicidad y la infelicidad es la historia de la existencia humana. La lucha entre la paz y la guerra es la historia de la raza humana. El poder que nos conduce a la victoria eterna en medio de estas luchas es el poder del bien dentro de nosotros.
El Budismo nos enseña que un solo día de vida vale más que todos los tesoros del Universo.
La vida es una lucha, la victoria final solo se decide en su capítulo final. Por eso es importante no intoxicarse con la victoria ni desalentarse en la derrota.
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