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Nuestra verdadera fuerza radica en nuestra capacidad de empatía con los demás y la acción que tomamos en su nombre.
Lo que se hace fácilmente se puede deshacer fácilmente. Avanzar firmemente en el sendero elegido, paso a paso, así sea que los demás lo aprecien o no; afrontar las dificultades con la fuerza constante e implacable del incesante flujo del agua; tal firmeza de propósito, tal integridad y perseverancia constituyen una base que no puede ser vulnerada.
La fortaleza de luchar hasta el final mismo: esta fuerza no sólo es la base de la felicidad, es también la fuerza por la cual los males sociales pueden ser enmendados.
Si consideramos las dificultades de la vida como desgracias, o si las vemos como golpes de buena suerte, depende totalmente de cuanto hayamos forjado nuestra determinación interior. Todo depende de nuestra actitud o nuestro estado interno de la vida. Con un espíritu intrépido, podemos llevar una vida alegre y completamente agradable.
El oro es oro, no importa cuán turbio se vuelva. La verdad siempre triunfa al final.
En la vida, cuando sentimos que hemos llegado a un límite, es cuando la verdadera batalla comienza. Cuando estés desesperado y creas que es imposible ir más lejos, qué harás? Te volverás apáticos, o dirás “esto todavía no ha terminado”, y te pondrás de pie con un espíritu inquebrantable? La batalla se decide por esta simple determinación.
Uno no puede convertirse en el actor protagónico de su vida si se deja influenciar fácilmente por las emociones en cada pequeña cosa. La fortaleza de carácter se encuentra en actuar el teatro de la vida con valentía y confianza, practicando la auto-reflexión y el auto-control en cualquier circunstancia.
Cada dificultad es una oportunidad para fortalecernos, para templar nuestra vida y hacerla brillar con mayor lustre.
No alcanza solo con ser bondadoso. Si eres de buen carácter, pero no haces frente a la injusticia, no puedes proteger a nadie. En cambio, serás tomado a la ligera, permitiendo que los autores de las injusticias crezcan aún más fuertes.
Se como el sol. Si lo haces, toda la oscuridad se disipará. No importa lo que pase, vive confiadamente, con la convicción de que tú, tú mismo eres el "sol". Por supuesto, en la vida hay días soleados y días nublados. Sin embargo, incluso en los días nublados, el sol está allí. Aun cuando estés sufriendo, es vital que te esfuerces por mantener el sol brillando en tu corazón.
La fuerza de voluntad se forja de lleno enfrentando las tareas que tienes que hacer ahora.
Cuanto más profunda es la oscuridad, más cerca está el amanecer. No importa cuan profundo sea el sufrimiento que te envuelve, no olvides la chispa interna de la esperanza y el coraje. Nunca pierdas la capacidad de esperar con paciencia duradera.
Las personas que viven una vida de tenacidad y desafíos, atraviesan todos los obstáculos que enfrentan así como el agua con el tiempo esculpe un camino a través de roca. Sé fuerte, como el agua que fluye constantemente, siempre en movimiento hacia adelante.
No te dejes intimidar por los obstáculos. Soporta la presión mientras duren, manteniendo tu mente alerta y serena, y nunca retrocederás ni serás derrotado.
Decidirse a actuar es la prueba de que estás progresando. Incluso si tienes la tendencia a tomar una determinación pero sólo mantenerla durante dos o tres días, entonces debes renovar esa determinación constantemente. Así te convertirás en el tipo de persona que puede perseverar y alcanzar sus metas.
El hierro, cuando se calienta y es forjado se convierte en una buena espada. Del mismo modo, nuestra verdadera fuerza y potencial no pueden ser forjados sin trabajo arduo.
Sólo superando los problemas y los obstáculos de la vida es que podemos llegar a ser verdaderamente fuerte. Si todo siempre sale bien, creceremos complacientes y seremos incapaces de construir una base sólida para nuestras vidas. Sólo experimentando el sufrimiento por nosotros mismo podremos entender el sufrimiento de los demás y profundizar nuestra compasión.
Aun cuando las cosas no resulten como esperabas, no te desanimes ni te des por vencido. Aquel que continúa avanzando vencerá al final.
El espíritu humano es la fuerza más poderosa que existe. Mientras nuestro espíritu se mantenga intacto, no hay derrota. En la vida, la derrota espiritual siempre precede a la derrota real. Protégete contra la pereza, la cobardía, el descuido, la impaciencia, la resignación y la desesperación que corroe el espíritu humano y siembra las semillas de la derrota.
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