Josei Toda y Daisaku Ikeda - 1956 |
http://www.joseitoda.org/religious/mentor_disciple
Toda destacó la importancia de la relación mentor-discípulo en la práctica del budismo dentro de la Soka Gakkai. A través de su propio ejemplo, con Makiguchi como su mentor y Daisaku Ikeda a quien estaba formando como su más cercano discípulo y sucesor, él revitalizó para la época contemporánea la filosofía budista de la relación entre mentor y discípulo. Este espíritu de aprendizaje del mentor ha sido adoptado por los miembros de la Soka Gakkai y la SGI en forma de la enseñanza de la unidad entre maestro y discípulo.
Junto a Makiguchi, Josei Toda fue encarcelado por las autoridades militares que suprimieron la libertad de religión durante la Segunda Guerra Mundial. Pero, al final, Toda estaba lleno de gratitud hacia su mentor por esta experiencia, a través de la cual él fue capaz de desarrollar una convicción y una fe inquebrantables. Él decía: "Fue gracias a tu compasión inconmensurable que me llevaste contigo hasta la cárcel"
De la misma forma, Toda depositó su plena fe y confianza en su propio discípulo, Daisaku Ikeda, y durante 10 años lo instruyó intensamente sobre la base de una relación de persona a persona, confiándole la entera responsabilidad por el Kosen-Rufu (la paz duradera en todo el mundo). Sin Ikeda como su discípulo, es probable que los planes de Josei Toda para librar al mundo del sufrimiento jamás se hubiesen realizado. Los logros actuales de la Soka Gakkai y la SGI han sido posibles gracias a que estas ideas no quedaron como meras ideas, sino que fueron heredadas por Daisaku Ikeda, como el espíritu vibrante y duradero de Toda.
La relación entre mentor y discípulo siempre ha sido clave en la práctica budista. En el Sutra del Loto, Shakyamuni exhortó a sus discípulos a practicar siempre el Sutra fieles al espíritu con el que él se los había enseñado. Pero el objetivo de la relación mentor-discípulo en el budismo no es que el mentor exija obediencia al discípulo, sino que el mentor tiene como objetivo fomentar que el discípulo alcance un estado de desarrollo aún mayor que el de su mentor.
En su “Gran Concentración e Introspección”, T'ien-t'ai (maestro budista chino del siglo VI) usa la frase "desde el índigo, un azul aún más profundo". Este emplea el ejemplo del antiguo proceso de teñido de telas utilizando un colorante azul hecho de la planta índigo, donde la tela teñida adquiere un color azul más profundo que la planta de la cual se deriva, debido a la inmersión repetida en el colorante. De la misma manera, si el mentor se asemeja a la planta de índigo, mediante la absorción de las enseñanzas del mentor, el discípulo puede alcanzar un “azul” aún más espléndido. Esto pone de manifiesto que el objetivo final de la relación es permitir que el discípulo supere al maestro.
Nichiren subrayó reiteradamente la importancia de esta filosofía de la relación mentor-discípulo como una de las enseñanzas fundamentales del budismo. Esto fue porque, por mucho que el Sutra del Loto pueda enseñar el concepto de la salvación humana universal, estas seguirán siendo palabras vacías a menos que haya personas que están realmente poniendo en práctica la enseñanza. En particular, aun cuando la religión pueda decirse que existe con el fin de asegurar la felicidad humana, existe el peligro inherente de que, de hecho, las personas se conviertan en oprimidos por las autoridades religiosas. Esto hace que la relación mentor-discípulo sea aún más esencial. Esta no es una cuestión ritual o de dogma: es la transmisión del espíritu del mentor, un deseo ardiente de ayudar a las personas alcanzar la felicidad. Debido a que el aprendizaje tiene lugar a través de la interacción humana, a través del ejemplo de vida del mentor, la relación entre el mentor y el discípulo es el medio más noble de heredar el espíritu del budismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario