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Este blog tiene como único fin presentar artículos traducidos al español públicados por la Soka Gakkai Internacional y/o Daisaku Ikeda, Presidente de dicha organización. Este espacio no publica ni produce contenidos propios, solo es un intento de hacer llegar a hispanoparlantes los contenidos publicados por dicha organización originalmente en inglés. En cada artículo traducido, se incluirá la referencia al artículo original para que pueda constatarse el origen de dicha información.

domingo, 29 de abril de 2012

EDUCACIÓN por Daisaku Ikeda

Frases de Daisaku Ikeda, publicadas en
http://www.ikedaquotes.org/education

El mayor recurso que tiene la humanidad se encuentra en la propia vida humana.  Esta riqueza puede ser infinitamente extraída y desarrollada. El desafío y el propósito de la Educación es alentar y creer en la juventud, revelando su sabiduría y fortaleza.

El conocimiento en si mismo es una herramienta neutral que puede ser usada para el bien o para el mal. La sabiduría, por el contrario, siempre nos dirige hacia la felicidad. La tarea de la educación debe ser la de estimular y dar rienda suelta a la sabiduría que permanece latente en la vida de todos los jóvenes. Esto no es un proceso forzado, como presionar algo en un molde preformado, sino más bien extraer el potencial ya existente.

La Educación debe inspirar la fe en que cada uno de nosotros tiene el poder y la responsabilidad de efectuar un cambio positivo a escala global.

La Educación nos hace libres. El mundo del conocimiento y del intelecto se encuentra donde la gente puede encontrarse y conversar. La Educación libera a la gente de prejuicios. Libera al corazón humano de sus impulsos violentos.

La Educación no debe basarse o limitarse a la agenda nacional. La Educación debe cultivar la sabiduría para rechazar y resistir la violencia en todas sus formas. Asimismo, debe fomentar a que las personas intuitivamente entiendan y conozcan (en su mente, en su corazón,  en todo su ser) el irremplazable valor de los seres humanos y del mundo natural.

Nada es de importancia más crucial hoy en día que el tipo de educación humanista que permite a las personas sentir la realidad de la interconexión humana, apreciar el potencial infinito de la vida, y cultivar ese potencial humano inactivo al máximo.

La tarea de la educación debe ser fundamentalmente garantizar que el conocimiento sirva para promover la felicidad humana y la paz.

El verdadero compromiso religioso y el verdadero espíritu de la educación son en realidad dos manifestaciones de un mismo ideal de la completa liberación del ser humano.

La educación es encender una llama. Cuando los maestros arden de pasión por la verdad, el deseo de aprender se enciende en los corazones de sus alumnos. Cuando los maestros están entusiasmados por la cultura y la belleza, la creatividad de sus alumnos se enciende como una llama brillante.

La digna misión de aquellos que han podido recibir educación debe ser la de servir, de manera visible e invisible, a la vida de aquellos que no han tenido esta oportunidad.

Para mí, la esencia de la educación es el proceso mediante el cual carácter de una persona inspira a otros. Una vez que los alumnos sientan que sus maestros están realmente preocupados por su bienestar individual, empezarán a confiar en ellos.

A diferencia de los asuntos políticos y económicos, los programas educativos no dan fruto de inmediato, por lo que es difícil convencer a la gente de su importancia. Pero en el largo plazo, la educación es clave para lograr la estabilidad y la prosperidad a la sociedad.

La educación debe estar basada en el ritmo fundamental de la vida misma: el deseo de crecer, de extenderse a sí mismo, de salir de su caparazón. Debe tratar de colocar a las personas en su propio camino de superación personal. No puede ser autoritaria, sino que debe impulsar el progreso de una persona con su consentimiento y su satisfacción.

La educación no es simplemente la transmisión de conocimientos. No es simplemente el desarrollo del talento. La educación es la grandiosa obra de transmitir la plenitud de la humanidad con seguridad y constancia del pasado hacia el futuro.

No existe una educación genuina sin la sincera interacción e inspiración de persona a persona. La gente crece a través de la interacción con la gente.

La genuina misión de la educación debe ser la felicidad duradera de aquellos que están aprendiendo. La educación nunca debe estar subordinada a las demandas del  orgullo nacional, o a la búsqueda de las corporaciones de empleados que generen rentabilidad. Los seres humanos, la felicidad humana, deben ser siempre la misión y el objetivo.

La relación entre docente y alumno puede ser un enlace vital a través del cual los nuevos horizontes se abren y se desarrolla la vida. Para mí, la esencia de la educación es el proceso mediante el cual el carácter de una persona inspira a otros.

La educación en su máxima expresión es un proceso de liberación de los prejuicios que libera el corazón humano de sus tendencias violentas. A través de la educación la gente puede ser liberada de la impotencia, de la carga de desconfianza dirigida contra ellos mismos. Y aquellos que han aprendido a confiar en sí mismos son, naturalmente capaces de creer en las capacidades latentes de los demás.

Las Universidades deben existir para beneficio de los que no pueden asistir a ellas.

Cuanto más conocimiento uno adquiere, más importante se hace la pregunta de para qué se utilizará ese conocimiento. El conocimiento sin sabiduría y sin filosofía no produce más que bestias talentosas.

El conocimiento por sí solo no puede generar valor. Es sólo cuando el conocimiento está guiado por la sabiduría que se crea valor. La fuente de la sabiduría se encuentra en los siguientes elementos: un sentido general de propósito, un poderoso sentido de la responsabilidad y, por último, el deseo compasivo para contribuir al bienestar de la humanidad.

Creer en la gente, creer en la riqueza de lo desconocido y revelarlo  los demás: Ese es el poderoso espíritu de la educación.

Es a través de la educación que nos liberamos de la impotencia, de la carga de desconfianza dirigida contra nosotros mismos. Despertamos las capacidades que permanecen latentes en nuestro interior. Despertamos y ampliamos la aspiración del alma de convertirse en plena y completa. ¿Puede haber alguna experiencia más sublime en la vida?

1 comentario:

  1. estoy en un todo de acuerdo con Ikeda, considerando que la Universidad de la vida te da la sabiduría de preservarte y sumas el conocimiento con las vivencias de la felicidad, la alegría, el dolor, la bronca. Todo esto te permite tener una mirada mas amplia para llegar al objetivo de la PAZ.
    Adelante con este proyecto

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