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Este blog tiene como único fin presentar artículos traducidos al español públicados por la Soka Gakkai Internacional y/o Daisaku Ikeda, Presidente de dicha organización. Este espacio no publica ni produce contenidos propios, solo es un intento de hacer llegar a hispanoparlantes los contenidos publicados por dicha organización originalmente en inglés. En cada artículo traducido, se incluirá la referencia al artículo original para que pueda constatarse el origen de dicha información.

lunes, 30 de julio de 2012

RELIGIÓN Y FE, por Daisaku Ikeda

Frases de Daisaku Ikeda publicadas en
http://www.ikedaquotes.org/religion-faith


La fe es la función de la vida humana que despeja las nubes oscuras de la duda, la ansiedad y el lamento, abriendo el corazón de uno y orientándolo hacia el bien.


La filosofía puede inspirar a las personas con un sentido de propósito e infundirles  el poder de llevar sus vidas a la plenitud.


La fe en el Budismo no es una fe ciega que rechaza  a la razón. Es de hecho una función racional, un proceso de cultivo de la sabiduría que comienza con un espíritu reverente de búsqueda. El impulso de la verdadera razón es trascender continua y eternamente los confines del yo presente. Su objetivo es llegar más allá de su alcance, siempre más alto, trascendiéndose siempre a si mismo. La fuente de energía y fundamento para esta búsqueda constante es la fe en algo más grande que uno mismo. La fe purifica la razón, fortaleciéndola y elevándola.


La religión siempre está en peligro de crecer apartada de la gente cuando sus líderes olvidan reflexionar cuidadosamente sobre su propio comportamiento y se ven a si mismo como figuras de autoridad.


Cada religión puede ser una fuerza para el bien o para el mal, dependiendo de la gente que la practica.


No es necesario decir que cualquier religión que justifique el terrorismo o la guerra ha minado las bases espirituales de su propia existencia. Creo firmemente que la misión de la religión en el siglo veintiuno debe ser la de contribuir concretamente a la coexistencia pacífica de la humanidad. La fe religiosa puede ayudar a fomentar una verdadera conciencia global y a restaurar los lazos entre los corazones humanos.


La sabiduría es la comprensión esclarecida que nos permite mejorar tanto nuestras vidas como la de los demás. El conocimiento que causa sufrimiento a los demás nunca debe considerarse sabiduría. Las distorsiones de la sociedad actual derivan de la confusión entre la sabiduría, que es holística, y el conocimiento, que es fragmentario; y una incapacidad por distinguir entre la fe genuina y la credulidad ciega.


Lo que es necesario en este momento es una nueva unión entre la fe y la razón, que abarque todos los aspectos del ser humano y la sociedad, incluyendo la perspectiva alcanzada por la ciencia moderna. Este es el gran desafío que la civilización moderna afronta: restaurar la integridad de la sociedad humana, que ha sido destrozada por la razón sin creencias y por el fanatismo irracional.


El Budismo no existe apartado de la sociedad, sino que se manifiesta a sí mismo en la sociedad. La sabiduría del Budismo debe ser aplicada dinámicamente en la sociedad. Es un suicidio para una religión permanecer enclaustrada en el mundo de la religión, aislada del resto del mundo.


El Budismo está al alcance de la mano, aquí y ahora. Se encuentra en la vida diaria, es innato en la existencia humana y en la sociedad.  Presentar al Budismo como perteneciente a un plano remoto, alejado de la vida y la realidad, es erróneo.


El ser humano es el centro del Budismo. Enfocado en la importancia del corazón y el inconmensurable valor de la vida, el Budismo existe para habilitar a todas las personas a cultivar su Budeidad innata y manifestarla en sus vidas.


El Sutra del Loto nos urge a resistir la deshumanización de la religión y la tendencia de la religión a divorciarse de la realidad, y a reorientar firmemente la religión a su foco primordial, que es el ser humano. Cuando la religión se aleja del ser humano, se convierte en nada más que un medio para controlar a la gente.


Dependiendo del uso que cada uno le de, la religión puede ser una fuerza destructiva. La religión puede unirnos, pero algunos la explotan para crear grandes divisiones entre nosotros. Nada puede ser más desafortunado. La religión siempre debe ser para las personas. Las personas no existen para provecho de la religión. Este debe ser el lineamiento fundamental de la religión en el siglo veintiuno.


La religión en el siglo veintiuno debe proveer a las personas con la sabiduría para ser independientes, para pensar y decidir sabiamente por nosotros mismos como vivir nuestras vidas.


Las personas son naturalmente fuertes, sabias, alegres y cálidas. La fe religiosa es el poder que desarrolla estas cualidades. El propósito de la fe es hacer a la gente sabia.


“¿La religión fortalece o debilita a las personas? ¿Alienta a lo bueno o a lo malo en ellas? ¿Las personas se hacen mejores y más sabias, o peores y menos sabias por la religión?”. Estas son las preguntas que necesitamos hacerle a todas las religiones, incluido por supuesto el Budismo.

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