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Este blog tiene como único fin presentar artículos traducidos al español públicados por la Soka Gakkai Internacional y/o Daisaku Ikeda, Presidente de dicha organización. Este espacio no publica ni produce contenidos propios, solo es un intento de hacer llegar a hispanoparlantes los contenidos publicados por dicha organización originalmente en inglés. En cada artículo traducido, se incluirá la referencia al artículo original para que pueda constatarse el origen de dicha información.

miércoles, 13 de junio de 2012

INTERCONEXIÓN, por Daisaku Ikeda

Frases de Daisaku Ikeda publicadas en
http://www.ikedaquotes.org/interconnectedness



Cuando ignoramos el sufrimiento de los demás, nos hacemos insensibles a algo importante en nosotros mismos y eventualmente sucumbimos en una parálisis espiritual.


Sea cual fuese nuestro origen étnico, sea cual fuese nuestra religión, todos tenemos familias que amamos; hay un futuro que todos queremos proteger. Y ningún ser humano puede escapar a los ritmos eternos de la vida: el nacimiento, la vejez, la enfermedad y la muerte. Cuando nos basamos en esta perspectiva fundamental de comunión en nuestras vidas, podemos elevarnos por encima de cualquier diferencia, y sin falta lograr la empatía y el diálogo.


El descubrimiento de los elementos comunes salva la distancia entre los corazones de las personas. La segregación, invariablemente, atenúa el brillo interno tanto de los individuos y como de las sociedades. Es este espíritu de respeto mutuo y de predisposición a aprender de los otros lo que mantiene a los corazones juntos. En las palabras de un sabio, cuando te inclinas respetuosamente ante el espejo, la imagen en el espejo se inclina ante ti del mismo modo.


Aquel que ama a la naturaleza puede apreciar a otras personas, valorar la paz, y poseer una riqueza de carácter que no se limite por cálculos egoístas de pérdida o ganancia personal. Aquellos que viven de un modo calculador, terminan calculando en detrimento su propio valor personal. Una vida como esa es extremadamente limitada. La naturaleza, en todo caso, es infinita.


Necesitamos despertar a una conciencia común de todos los seres habitantes de la Tierra. Esta conciencia no se encuentra en algún lugar distante. No se encuentra en la pantalla de una computadora. Esta en nuestros corazones, en nuestra capacidad de compartir el dolor de nuestros semejantes. Este es el espíritu detrás de la frase: “Mientras estés sufriendo, seas quien seas y sea cual fuese tu dolor, yo estoy sufriendo contigo”.


Mientras que la sociedad humana pone el énfasis en las "distinciones" o "diferencias" entre nosotros, el Budismo trasciende todas las diferencias superficiales y, en reconocimiento del carácter común que todas las personas compartimos como seres humanos, se enfoca directamente en la vida.


Cuando la gente perciba su vida como una sola en comunión con la naturaleza y el planeta, su perspectiva de la sociedad, de la nacionalidad y de la raza naturalmente se verá transformada. Mientras la ventana del corazón humano se mantenga firmemente cerrada, no le espera un gran futuro a la humanidad. La gente debe abrir la ventana de su corazón. Cuando lo haga, no habrá más obstáculos para la paz.


Nosotros dependemos de la Tierra, no al revés. En nuestra arrogancia, hemos pasado esto por alto flagrantemente. La enseñanza esencial del Budismo es que la vida del Buda está en cada planta y en cada árbol, incluso en la más pequeña mota de polvo: Es una filosofía de suma reverencia por la vida.


La vida es una cadena. Todas las cosas están relacionadas. Cuando cualquier eslabón se rompe, los demás eslabones se ven afectados. Podemos pensar en el medio ambiente como nuestra madre. No hay peor crimen que lastimar a la propia madre.


La vida de las personas es una sola con el universo. Todos los actos del universo contribuyen a la formación de la individualidad de cada persona. Dicho de otra manera, cada persona es un microcosmos que refleja el macrocosmos de una manera única; fundamentalmente, el individuo abarca el todo. En consecuencia, cada persona es valiosa e irremplazable.


El Budismo entiende que el propósito de la presencia de la humanidad en la tierra es la de ser participantes activos en la tarea compasiva del universo, enriqueciendo y mejorando su dinamismo creativo a medida que vivimos nuestras vidas en su máxima plenitud.


Cada forma de vida sostiene a todas las demás; juntas tejen la trama de la gran red de la vida. En consecuencia, no existe realmente la felicidad para un solo individuo en forma aislada, ni sufrimiento que solo aflija a los demás.


Todos los fenómenos del universo existen en el contexto de relaciones de soporte mutuo, a lo que el Budismo se refiere como "origen dependiente". Nada existe sin sentido y nada carece de significado.


Nadie puede vivir enteramente independiente, ni tampoco ninguna nación o sociedad puede existir en aislamiento. El Budismo ilustra esto usando la analogía de dos haces de junco. Sosteniéndose uno al otro, se mantienen erguidos, pero si uno colapsa, los dos se desploman.



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