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Este blog tiene como único fin presentar artículos traducidos al español públicados por la Soka Gakkai Internacional y/o Daisaku Ikeda, Presidente de dicha organización. Este espacio no publica ni produce contenidos propios, solo es un intento de hacer llegar a hispanoparlantes los contenidos publicados por dicha organización originalmente en inglés. En cada artículo traducido, se incluirá la referencia al artículo original para que pueda constatarse el origen de dicha información.

lunes, 23 de diciembre de 2013

Observando la Vida, por Hitomi Saruwatari

Hitomi leyendo su ensayo en un concurso de oratoria en Omuta, Fukuoka, julio de 2004
Hitomi Saruwatari nació en Saitama, Japón, el 19 de enero de 1991. Ella presentó una versión un poco más larga de este ensayo en un concurso, unos pocos meses antes de morir pacíficamente en un hospital el 16 de septiembre de 2004. Ella tenía 13 años en ese momento. Era su sueño que su experiencia pudiera alentar a las personas de todo el mundo y ofrecer la gran medicina de la -esperanza.

Qué es la verdadera felicidad? A través de mi enfermedad, yo he llegado a comprender que la felicidad es en realidad algo muy cercano a la mano. No está definido por el estatus, el prestigio o el dinero. Simplemente es estar vivo ahora, en este mismo momento.

Cuando estaba en el sexto grado, me diagnosticaron osteosarcoma, un tipo de cáncer de hueso, y lucho contra esta enfermedad desde hace un año y medio. Me dijo el médico que perder contra esta enfermedad significaría la muerte, y que tendrían que amputarme la pierna derecha desde el muslo hacia abajo. Al principio, quedé en shock. Sin embargo, me decidí a ganar pase lo que pase; con la esperanza en mi corazón, me enfrenté a mi enfermedad de frente. Como resultado, he ganado sobre la enfermedad, y aunque terminé con una cirugía en la pierna, se salvó de la amputación.

Durante el curso de mi batalla contra el cáncer, sin embargo, tuve que ver que 15 amigos queridos que fueron hospitalizados conmigo murieran uno tras otro. Desde un bebé hasta un abuelo y una abuela, las edades y las enfermedades variaban. A pesar de los intensos tratamientos y de varias pruebas, desde nuestros corazones y nuestros cuerpos parecía que la ciencia era inútil, pero luchamos con todas nuestras fuerzas para seguir viviendo.

La realidad, sin embargo, era dura. Cada uno de ellos falleció en un instante, y cada vez, me recordaba lo increíblemente difícil y maravillosos que es seguir viviendo. Cada uno de nosotros soñaba con el día en que estuviéramos saludables. Estábamos dando lo mejor de nosotros para lograr esta meta con la moral alta, no importa lo difíciles que se volvieran las cosas.

Qué decepcionante que debe haber sido no ser capaz de seguir viviendo a pesar de intentarlo tan duramente. Realmente creo, sin embargo, que los que luchan contra la enfermedad son los más radiantes. También me di cuenta de lo realmente afortunado que es estar saludable y asistir a la escuela, y pasar tiempo con la familia y amigos todos los días como si fuera una cuestión de rutina.


Hitomi (izquierda) con su hermana (adelante) y un amigo en el hospital
Sin importar a qué tipo de obstáculo te enfrentes que te cause preocupación y conflicto, si estás vivo, puedes seguir delante, sin duda. Esta es la lección muy importante que aprendí de mis amigos que lucharon por sus vidas, pero no pudieron seguir viviendo, y yo siento que es mi misión difundir este mensaje a la gente de todo el mundo.

En el mundo de hoy, hay guerras donde la gente se mata entre sí, historias de personas que toma la vida de otros sin ninguna vacilación, o personas que se suicidan como resultado de las presiones. Cada vez que veo tan tristes noticias, mi corazón se llena de ira. A aquellos que se toman la vida tan a la ligera, me gustaría mostrarles a los que están luchando contra la enfermedad y hacer que se den cuenta de cuán valiosa es la vida.

Ninguno de nosotros sabe lo que nos va a pasar en cualquier momento dado. Es por eso que debemos atesorar todos y cada uno de los días. Es gracias a mi enfermedad que soy capaz de entender lo más importante de la vida. Ahora puedo decir desde el fondo de mi corazón que verdaderamente aprecio haber estado enferma. Con el fin de cumplir con la misión de mi vida, estoy decidida a vivir mi vida al máximo en honor a todos aquellos que no pudieron. Es mi esperanza que todos ustedes, también, puedan apreciar el hecho de que estar vivos y vivir sus vidas sin ningún remordimiento.

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