El budismo enseña que una Ley universal subyace a todos los fenómenos y se aplica a todas las personas, independientemente de la época, el origen étnico, la diversidad de la cultura y la ubicación. Sin embargo, la forma precisa en la que el budismo se expresa y se propaga es específica de la sociedad, la cultura y las costumbres de la región en la que se practica.
El Budismo respeta profundamente la diversidad cultural, siempre y cuando los elementos de esa cultura no vayan en contra del espíritu fundamental del Budismo tal como se enseña en el Sutra del Loto, cuya creencia principal es la fe en la dignidad y el potencial sin límites de la vida de cada persona. Nichiren, quien en el siglo XIII fundó el Budismo practicado por miembros de la SGI, escribe: "Cuando examinamos los sutras y los tratados con cuidado, encontramos que ahí hay una enseñanza sobre un precepto conocido como seguir las costumbres de la región... El significado del precepto es que, siempre y cuando ningún acto gravemente ofensivo esté involucrado, y aunque uno fuera a salirse en algún pequeño grado de las enseñanzas Budistas, es mejor evitar ir en contra de los usos y costumbres del país".
Como el budismo se extendió desde la India a través de Asia, adoptó muchas de las prácticas culturales, costumbres y tradiciones de las diferentes regiones en las que se extendió, a veces incorporando conceptos, prácticas e incluso deidades que ayudaron a integrar las enseñanzas budistas con la vida espiritual y las tradiciones de las poblaciones locales. Esta postura de comprender y respetar aquello que es valorado y apreciado en las diferentes culturas en el proceso de difundir el Budismo correctamente se conoce como Zuiho Bini en japonés. Esto demuestra la flexibilidad y la tolerancia del Budismo; el propósito del Budismo no es para limitar la vida de las personas con dogma religioso y observancias, sino permitirles alcanzar un sentido de libertad espiritual para que a su vez puedan ayudar a otras personas y contribuir positivamente a las comunidades y las sociedades en las que viven.
Pero, mientras se observa el espíritu de adaptación a las costumbres locales y a la época, es importante mantener la esencia y lo fundamental de la fe y de la práctica Budista. En la SGI, los miembros de todo el mundo siguen la misma práctica de recitar dos fragmentos del Sutra del Loto y invocar Nam-myoho-renge-kyo ante el Gohonzon, u objeto de veneración. Hay consistencia en el estudio de los escritos de Nichiren, y en la celebración de reuniones de debate mensuales para compartir la comprensión del Budismo, pero el formato y el estilo de estas reuniones varía de país a país, de acuerdo con el contexto cultural.
El Sutra del Loto, la escritura Budista en el que se basan las enseñanzas de Nichiren, aclara el espíritu esencial del Budismo como una profunda reverencia por la vida humana. Cada individuo es un ser indispensable, respetable, con un potencial ilimitado. El Budismo nos anima a trabajar por una sociedad en la que las personas se apoyen plenamente unas a las otras en sus esfuerzos por hacer realidad ese potencial.
Todas las demás enseñanzas entran en la perspectiva correcta a través de la lente de este ideal. Como el Budismo se contagia de una cultura en la que se ha consolidado a otras culturas, los practicantes no deben preocuparse excesivamente por las expresiones culturales que no son naturales a la cultura en la que viven. Por ejemplo, en Japón es habitual sentarse en una posición formal de rodillas (seiza) mientras se invoca, que es una posición familiar y habitual para los japoneses, pero puede ser incómoda e incluso dolorosa para aquellos que no están acostumbrados. No es necesario arrodillarse para llevar a cabo la propia práctica Budista, pero es recomendable sentarse erguido y alerta, para lo cual sentarse en una silla es práctico y apropiado en muchas culturas.
El mensaje fundamental del Budismo como se expresa en el Sutra del Loto es desarrollar la felicidad de los seres humanos y su bienestar. Como el Budismo se arraiga en la vida de las personas en una gran variedad de culturas de todo el mundo, el concepto de Zuiho Bini ayuda a los practicantes a distinguir claramente entre lo que son los medios de la enseñanza religiosa y lo que es el objetivo final.
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